domingo, 22 de abril de 2012

Más impresiones de Salamanca

Al llegar a Salamanca, lo que me ha saltado primero a la vista es su increíble belleza representada por sus antiguos edificios, entre los cuales se perciben las universidades de Salamanca y la de Pontificia, sin olvidar sus dos grandes catedrales y la Plaza Mayor, lugar principal de encuentros. Luego el clima, en comparación con el de mi país Gabón que es seco pero aquí, hace mucho frío. De eso, me molesta salir todos los días con los vestidos de Charros. Prefiero quedarme en casa después de las clases. En lo general, la gente habla muy rápido y a veces, no resulta fácil comprender lo que alguien dice. Pero, pienso que sobre la marcha, me acostumbraré. En lo que toca al comportamiento de los salmantinos, diremos que son un poco cerrados. Eso se podía notar cuando estuvimos en la Residencia Universitaria Hermántica donde pasamos dos semanas antes de ir a las familias. En efecto, todos los días en el comedor, los estudiantes españoles que vivían allí preferían estar juntos en una mesa que ellos ya habían elegido. ¡Que raro. Lo que puede parecer extraño en Salamanca, es que a partir de las cinco, vemos personas adultas en la calle paseando mano a mano, en símbolo de amor. Eso me hace recordar a mis abuelos. En cuanto a la gente joven, fumar y beber a su antojo, son acciones importantes sin preocuparse de las consecuencias de eso. Aquí, las horas de comer dependen de cada lugar o familia. En la residencia, desayunábamos a las siete y media, comíamos a la una y media y cenábamos y las nueve. En la familia, desayunamos a las siete y media, comemos a las dos y media y cenamos y las diez. Generalmente la comida suele estar bien, pero a veces, hay mucha sal. Los alimentos más consumidos son: el pan, patatas fritas, jamón de bellota, carne…

Después de haber pasado dos semanas en la Residencia, las familias de acogidas vinieron a buscarnos y nos fuimos. De allí empezó una nueva forma de vida de la que hemos querido hablar, pero por falta de tiempo, no lo podemos.

Las primeras impresiones en Salamanca


Martes quince de Febrero de dos mil Once era cuando llegamos a Madrid. Era la primera vez para mi de llegar a un país europeo, tras una escala en Marruecos. Cabe notar que el contacto con el * nuevo mundo* fue un evento memorable en mi vida. Pues, desde el aeropuerto de Madrid, realicé que ya estaba en otro universo. Era grañidísima, en pocas palabras fantástica. Hacia frío como nunca había sentido antes. Llagamos a la residencia San Isidro de Salamanca donde pasamos dos semanas. El día siguiente visitamos la Universidad y era una experiencia extraordinaria pues encontramos con otras personas de diversas nacionalidades. Los docentes eran simpáticos con nosotros. Los españoles son si se puede decir, sin lugar a dudas, personas alegres, abiertas y tienen mucho interés por su cultura. Pero la adaptación era tan difícil para mi en lo que se refiere a las horas de mida por ejemplo pues los Salmantinos y los españoles de manera general son muy puntuales.

Por lo que atañe al tema de la interculturalidad, el aspecto mas destacado que he subrayado y que me choco era el hecho de que la gente se besa por la calle. En todas partes, sobre todo los jóvenes. Nunca lo había visto. Nunca. Pero hay muchos puntos comunes entre ellos y yo por ejemplo en lo que concierne las creencias.

Brice Touti

martes, 7 de diciembre de 2010

Cultura


Los primeros días estuvimos hablando del concepto de cultura. Se trata de un concepto de difícil definición, abarca muchos campos y se utiliza para muchos aspectos diferentes. Vimos que la definición que dimos nosotros mismos está más conectada con la visión de la antroplogía cultural que de una definición más moderna que ha aportada la antroplogía actual o el intereaccionismo social.